¡Construyendo día a día un Feliz 2025!!

¡¡Ya está aquí el nuevo año!!.

Y para darle la bienvenida quiero comenzar este primer post recuperando una de las profundas enseñanzas del pensamiento del Nietzsche que me ha inspirado para la Felicitación de este Año Nuevo y en la que refiere las tres transformaciones que todo individuo ha de atravesar para lograr el pleno desarrollo de su potencial, de su «espíritu», tal como el propio Nietzsche lo denomina: el Camello, el León y el Niño.

Camello

La primera etapa la refiere con la metáfora del «Camello». Aquél que renuncia a todo, que carga con deberes propios y ajenos desde la complacencia y la sumisión. Así es esta primera etapa en la que el individuo acarrea, -las más de las veces de forma inconsciente-, una pesada carga de creencias, expectativas, mandatos, deberes, miedos… que, en su gran mayoría, ni siquiera le pertenecen, sino que le fueron introyectadas en su proceso de socialización, o que aprendió como estrategias que en su día le sirvieron para sobrevivir o atravesar alguna dificultad, pero hoy ya no necesita.

León

La siguiente etapa viene representada por la imagen del «León». Una vez liberado del lastre de aquello que solo pesa y no aporta valor a su vida, el individuo contacta con su fortaleza y su autenticidad y comienza una fase de autoafirmación del valor de la propia identidad: de los dones, los aprendizajes, los logros, las creencias y valores más íntimos que sí quiere conservar como propios. Y por qué no, también se sus propias falencias y defectos. Si bien en este proceso se despliega, paralelamente al proceso reivindicativo tan necesario, un proceso de negación de aquello que es percibido como una amenaza, por diferente, y se inician una suerte de batallas, internas y externas, todas innecesarias, que generan grandes conflictos y traen como resultado gran desgaste, frustración y mucho, mucho dolor.

Niño

Esta última fase, tras el despliegue de fuerza del «León» viene representada paradógicamente por la vulnerabilidad del «Niño».

Nietzsche la expresa en un poderoso y bello texto que extraigo de su libro Así habló Zaratustra: «Pero… ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?. Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir SÍ».

Y así, una vez instalado en la humildad de aceptar que nunca podrá cubrir las expectativas ajenas, -ni siquiera las propias. y habiendo hecho acopio del arrojo necesario para la reivindicación de su espacio y la autoafirmación más honesta del ser, por igual imperfecto y único, que es, el individuo puede vivir desde la liviandad y la paz e iniciar así el tránsito a la última transformación que le llevará a convertirse en el Niño. Recuperar, desde el olvido de lo que fué y que ya no sirve, la inocencia, la confianza y la ilusión. Abrir el espacio para un nuevo comienzo y generar valores nuevos desde los que declarar un incondicional SÍ a la Vida para crear con ella el Mundo en el que desea vivir.

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Quizá el inicio de año sea un buen momento para pararse a reflexionar cómo vamos en este proceso (que, de otro lado, se repetirá incontables veces en nuestro proceso evolutivo):

¿Qué es lo que más te pesa en este momento?. ¿Qué es aquello de lo que aún no te has podido desprender?. ¿Qué te está lastrando en tu camino?. ¿Cómo podrías aligerar tu carga; cultivar, de forma respetuosa y equilibrada, un mayor desapego?.

¿Qué batallas te están generando sufrimiento?. ¿Qué te hace seguir manteniéndolas?. ¿Qué ganas? y sobre todo ¿cual es el precio que estás pagando?. ¿Estás lista/o para declarar un rotundo NO a cuanto te limita, te hace sufrir y te lastima?. ¿Qué necesitarías para renunciar a esta batalla y vivir desde tu Libertad?.

Por último, desde tu reconquistada libertad: ¿Qué Mundo quieres crear?. ¿Qué valores nuevos necesitas generar en tu Vida desde los que poder decirle un incondicional «SÍ»?. ¿Con qué acción concreta puedes comenzar a crear ese Mundo en los próximos días?

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Desde la devastación que hemos sufrido en Valencia tras la violenta Dana, te sugiero poder extrapolar estas reflexiones al espacio que, como ciudadanos, compartimos, y te invito a tomar un momento para imaginarte qué podría suceder si afrontamos juntos la necesaria reconstrucción que hemos de acometer, desde esta perspectiva.

Más allá de las dificultades que nos dejó el 2024 y agradeciendo todo lo positivo que también nos regaló, demos la bienvenida que merecen estos 365 días plenos de nuevas posibilidades, desde la declaración de un rotundo ¡¡SI!!.

¡¡Construyamos día a día un memorable 2025!!!☮💟🎊

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Inmaculada Gabaldón Gabaldón

Abogada. Mediadora. Formadora. Coord. parentalidad

Instructora y facilitadora de Prácticas Restaurativas.

Coach Ontológica Senior. Coach Generativa. Coach Transpersonal.

Trainer y Coach PNL. Experta en Mindfulness. Prof. Danza Primal.

Directora académica de Escuela CONFLUERE

Directora de Espacio confluère

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