Mucho se ha hablado de la naturaleza del «ser humano». Es un tema que por la multitud de enfoques que intentan dar respuesta a esta cuestión, excedería en mucho la brevedad de este post, así que será necesario acotar mucho nuestro foco.
Así, quisiera detenerme hoy en un tema que me parece muy relevante, tanto para la satisfacción en el desarrollo de una/o mismo, como para el cultivo de relaciones sanas y satisfactorias, lo cual, – ya sabemos-, no implica ausencia de conflictos, sino la destreza en la gestión de los mismos.
Sin que ello implique negar otras dimensiones, somos el animal mamífero más evolucionado: el desarrollo de nuestra inteligencia nos ha dotado de la capacidad de observar el medio en el que vivimos, y manipularlo; la alta especialización del lenguaje humano nos ha ofrecido la capacidad de autoconciencia ( observarnos a nosotros mismos); y, por último, como mamíferos, somos seres intrínsecamente sociales (ni nuestra supervivencia, ni nuestra «humanidad» es posible sin la relación con otros).
Gestionar esta complejidad implica la capacidad de cubrir un sinfín de necesidades cuya atención depende, en gran medida de nuestros intercambios con el mundo externo (somos sistemas abiertos), de manera que nuestro cerebro está evaluando continuamente tanto el ambiente interno, como el externo y ambas dimensiones son absolutamente cruciales para nuestra sobrevivencia, la primera para autorregularnos internamente y la segunda para adaptarnos al entorno.
Cada una/o de nosotros tiene un sistema regulador que impulsa a la realización de uno mismo.
Y poder honrar ese impulso vital de satisfacción de nuestras necesidades, y hacer una diferencia de lo adecuado o no de las estrategias desplegadas para ello, está en lo profundo de muchos enfoque psicológicos, relacionales y de gestión de conflictos, como la pirámide de la necesidades de Maslow, la Comunicación No-violenta o el modelo de negociación de Harvard, por citar algunos de ellos.
Ahora bien, es necesario distinguir entre las necesidades básicas, que siempre apoyan la vida y el mayor florecimiento y bienestar, y las necesidades irreales o introyectadas, germen de de insatisfacción e interminables conflictos.
Vemos así distintos tipos de necesidades:
- Organísmicas: ( respirar, comer, beber, sueño, desechar, cobijo, sexo…)
- Psicológicas y relacionales: seguridad (cobijo, recursos, protecci´´on …), pertenencia (afecto, aceptación, integración, asociación…), valoración (confianza, respeto, reconocimiento, reputación, éxito…) y autorrealización (creatividad, educación, liderazgo, resolución de problemas, desarrollo del potencial…). Hasta aquí, las necesidades esenciales.
- Hay un movimiento posterior que inició el propio Maslow que reconoce la existencia de tres necesidades superiores: necesidades cognitivas (conocer), estéticas (sensibilidad a la belleza y al arte) y la trascendencia (expansión más allá del propio yo, consciencia de pertenecer a un todo más grande que el «yo»).
- Irreales, introyectadas o aprendidas: poder, control, adecuación, «deberías»… Este es un tipo de «necesidad que no quisiera pasar por alto, pues, si no tomamos consciencia, hay un montón de energía y tiempo que dedicamos a satisfacerlas y, sin embargo, cuando se han cumplido, hay insatisfacción, y son la mayor fuente de nuestros conflictos. Este el criterio último para distinguirlas de las necesidades reales, que, invariablemente, generan emociones positivas cuando están satisfechas.
Para apoyar la vida hay un camino único: respetar mis necesidades y cubrirlas en la máxima medida; y respetar las necesidades del otro y contribuir en la máxima medida a su satisfacción.
Este es el camino de la plenitud y de la paz.
Ahora bien ¿Cómo podemos lograrlo?. Si te interesa, estate atenta, atento. Apuntaré algunas respuestas en el siguiente post.
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Inmaculada Gabaldón Gabaldón
Abogada. Mediadora. Formadora
Coach Ontológica y Generativa. Trainer y Coach PNL
Instructora y facilitadora de Prácticas Restaurativas.
Directora de Espacio CONFLUERE
4 ideas sobre “Necesidades humanas y gestión del conflicto”
Thanks for the great article!
Muchas gracias por tu comentario. Celebramos que te haya parecido un buen contenido y esperamos que sigas visitando este blog.
Es una extraordinaria nota, sobre la resolución del conflicto humano, sin olvidar que en todo ello interviene la voluntad, de quienes participan en el conflicto, para llegar a un acuerdo. «Mis felicitaciones»
Gracias por tu amable comentario, María de la Luz. Efectivamente la/el operador de conflictos debe ocuparse de que las personas en conflicto se apropien de su él y actúen como verdaderos protagonistas del mismo, pues de otra forma no será posible un acuerdo efectivo. Esperamos que nos visites de nuevo. Cordiales saludos.