Sostener... la escucha exquisita

 Post recuperado (27 de abril de 2017)

A cada persona que me sostuvo.

A cada persona que me permitió sostener.

Una de las metahabilidades más importantes que debe desarrollar cualquier persona que se dedique la relación de ayuda, como son, sin duda, la mediación y el coaching, es la PRESENCIA. Nunca insistiré bastante en ello.

Otra metahabilidad fundamental, muy relacionada con la anterior, es la capacidad de SOSTENER cualquier dificultad o emoción que surja en el transcurso de una sesión, bien en las personas con las que se trabaja, bien en el fuero interno del propio mediador, coach o facilitador.

Solo si la desarrollamos podremos mantener la presencia, disponibilidad y escucha exquisita que requieren estos roles profesionales.

SOSTENER en el sentido de prestar apoyo, de dar aliento, de permitir que aflore lo que surja en el momento sin necesidad de resistir nada… ¡Qué difícil neutralizar nuestro impulso automático a intervenir, acallar, resolver, juzgar e incluso esconder lo que sea que nos incomode en nosotros o en los demás…!!

Sostener implica una relación entre dos cosas: lo que sostiene y lo que es sostenido. La idea es aprender a tener una relación positiva con nuestros sentimientos difíciles, así como con situaciones externas de tensión y alta conflictividad.

La imagen metafórica de una madre sosteniendo en brazos a su bebé puede ayudarnos a explorar esta cuestión: imaginemos que la madre representa el “ser consciente” que no está atrapado en la reacción, sino completamente presente, y el bebé representa cualquier sentimiento, sensación, pensamiento que estamos experimentando. La pregunta es: ¿cómo tu ser consciente sostiene cualquier contenido de la experiencia?

Las siguientes sugerencias pueden ayudarte a comenzar a sostener sentimientos difíciles:

No reaccionar
Aceptar incondicionamente los sentimientos tal cual son
No pretender cambiar ni resistir nada del sentimiento, emoción…
Paciencia: “esto también pasará….”
Confianza: todo está bien. Este sentimiento tiene un propósito
Sentir curiosidad sobre el mensaje implícito de cada sentimiento manifestado

Nuestros sentimientos difíciles necesitan más que nada ser reconocidos y legitimados, brindándoles el espacio y el sostén necesarios. Es a través de este sostener que estos sentimientos y emociones que nos incomodan y nos causan dolor, podrán transitar desde un estado de contracción y un sentido de separación y resistencia, hacia la relajación y un sentido de conexión.

Así, antes que pretender librarnos de estos sentimientos difíciles cuanto antes, lo más oportuno es relacionarse con ellos de una manera que permita su transformación, de forma que la energía bloqueada sea liberada para fluir mejor en nuestras vidas.

Es la única forma de recuperar a nuestro favor la energía que previamente era empleada para evitar el encuentro con los sentimientos difíciles. Es la única forma de conseguir estar más plenamente presentes y con más de nosotros mismos disponible para escuchar, sostener, dar aliento a los demás.

Este es uno de los grandes retos para acompañar a otras personas en sus procesos: aprender a sostener nuestros propios sentimientos difíciles, para poder sostener los de los demás.

Lo cierto es que las emociones difíciles no desaparecen y aunque tratemos de ignorarlas, no dejan de ejercer su influjo en nuestra cotidianeidad: en nuestro pensar, nuestro sentir, nuestro actuar…

La única forma definitiva de lidiar con ellas es transitarlas, pues es justo ese el momento en el que desaparecen.

El paso previo es reunir el coraje de mirarlas y emprender el paso de la travesía. La buena noticia es que no tienes por qué hacerlo solo, sola: busca un buen aliado, un coach, un mediador… Y hay otra buena noticia: ¡¡ siempre, siempre vale la pena alcanzar la otra orilla!!. Yo te acompaño. ¿Te atreves…?