La alquimia de los espacio restaurativos

Post recuperado (25 de junio de 2018)

Han pasado más de dos largos e intensos meses desde que impartí una formación en Prácticas Restaurativas a un estupendo grupo de profesionales de distintos perfiles provenientes de Córdoba y Sevilla.

El vertiginoso ritmo que han cobrado estos meses en mi vida no me había permitido dedicarles hasta ahora este merecido recuerdo: personas inquietas, comprometidos profesionales, con entusiasmo, ganas de aprender y de compartir. Todos con gran sensibilidad y empatía y un marcado interés por profundizar y arrojar un poco más de luz en aquello que pareciera separarnos y que, sin embargo, ineludiblemente, nos une: nuestra HUMANIDAD.

¿Hay tanto que compartimos, más allá de nuestras diferencias…!

Este, y no otro, es el material con el trabajamos en el paradigma restaurativo. Construyendo con cada interacción, con cada palabra, con cada mirada, con cada silencio… este espacio tan único.

Un espacio de apertura, de sincero reconocimiento, de honestidad, de confianza, en el que cada cual puede mirar al otro y reconocerse en este particular juego de espejos.

Un espacio en el que comenzar a conocer a cada miembro de una comunidad, ojalá desde la risa, el juego y la complicidad.

Un espacio para conocerse uno mismo.

Un espacio tan versátil que será el mismo que nos permitirá después, -cuando llegue el momento, que más tarde o más pronto aparece-, dirimir nuestras diferencias, expresar nuestros dolores, transitar nuestros duelos.

Un espaco alquímico que permite reconocer y mirar LO QUE HAY.  Por supuesto todo lo que funcion, lo que hacemos bien, lo que nos sirve, pero también lo que no funciona, lo que daña, lo inaceptable, -si es este el caso-,  y que, justo por eso,- por develar lo que estaba oculto, por poner palabras a largos silencios, por acallar, – sin por ello reprimir -, las quejas, las exigencias, los reproches-, permite iniciar la transformación: generar, mediante la integración y el aprendizaje, nuevas formas que funcionen, que incluyan, que restauren, que sanen.

Esta posibilidad de los espacios restaurativos es la que me confirman una y otra vez, los diferentes participantes en las formaciones que imparto, cuando me comparten cómo han implementado estas prácticas en su día a día en sus entornos familiares y/o de trabajo con una muy variada y rica casuistica, pero siempre con un mismo denominador común: la sorpresa por lo que emerge cuando nos permitimos el Encuentro Humano.

A todos: ¡Muchas gracias por lo que entregáis!. Recibo, agradecida, lo que me viene de vuelta. Y a veces siento que es más de lo que he dado…

Si te ha gustado este post; si te interesa la gestión constructiva de conflictos, la mediación, el desarrollo personal y el coaching, puedes suscribirte a nuestra NEWSLETTER para recibir más contenidos y todas nuestras ofertas formativas.

Para solicitar una sesión de coaching o mediación, contacta: 615466237 y hola@espacioconfluere.com

Inmaculada Gabaldón Gabaldón

Abogada. Mediadora. Formadora

Coach Ontológica y Generativa. Trainer y Coach PNL

Instructora y facilitadora de Prácticas Restaurativas.

Directora de Espacio CONFLUERE

 

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *